No era necesario encender la luz
para poder reconocerte
Ni escuchar tu voz
Ni rozar tus labios
Me bastaba percibirte entre las sombras
Oler el jazmín de tu piel
a dos metros de distancia
No debiste perderte en el camino
Marcharte detrás de los brillos
fugaces de la noche
Ya no hace falta hurgar
el diccionario de la mente
No es preciso preguntar
lo que jamás tendrá
respuesta
¿Como explicarle al tiempo
que las horas son
suyas?
¿Como contarle al mar
que cada grano de arena le pertenece?
Te fuiste navegando hacia tu exilio
en busca de horizontes libertarios
Arañaste los muros de los muelles
Te sangraron mis poemas en la boca.
Y ahora, que mi
llanto ya no es tuyo
ni son largos mis desvelos en tu nombre
Quieres regresar a mis caminos
a mi alma de ramas y
de adobe
Pero nada tengo para ti
en éste océano de sueños destrozados
Solo me queda un adiós sin percepciones
en el largo silencio de mis días
Solo me queda tu naufragio
en la orilla izquierda de mis viejas costillas.-
Walter Faila
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